Páginas

sábado, 2 de mayo de 2015

Reportaje: Más allá del culto


Con los últimos resquicios de la Semana Santa aún latentes, son algunos los pueblos que cuentan con más festividades que les permiten rendir culto a la religión católica. A poco más de 200 kilómetros de Madrid se encuentra Villanueva de los Infantes, un pueblo situado en Ciudad Real que, pese a contar con no más de 6.000 habitantes, aprovecha para dar la bienvenida a mayo con una de sus tradiciones más reconocidas. La cantidad de rincones ocultos que encontramos en ella es inversamente proporcional a su superficie ocupada en kilómetros cuadrados. 


El tintineo de una campana resuena. Un sonido hueco, pero potente, se hace sentir de forma repetida, en dos ocasiones, como si fuera un eco, en cada uno de los rincones del pequeño, pero conocido pueblo. Son las dos de la mañana. María José se aclara la garganta. Aunque no quiera reconocerlo, se le nota nerviosa. Hoy ha sido la primera vez que ha cantado los mayos en el pueblo en el que vive. Las casi cinco horas de pie no le han impedido quitarse el traje típico que hace que todos los componentes del grupo parezcan iguales, y encaminarse hacia su pueblo natal. Hoy este se encuentra de fiesta. Como cada año, el pueblo Villanueva de los Infantes, en la provincia de Ciudad Real, da la bienvenida al mes de mayo celebrando la festividad Cruces y Mayos, una tradición desaparecida hoy en muchos lugares y que suele encontrar su mayor en los pueblos de Andalucía. 
Durante cuatro días, los más curiosos pueden adentrarse en aquellas iglesias y ermitas del pueblo que normalmente cuentan con un horario limitado, o visitar todos los pequeños rincones del pueblo que los vecinos ponen a su disposición.
La tradición cuenta con un marcado componente religioso. Infantes rinde culto a la Cruz y a la figura de Cristo. Este año, el homenaje a la vegetación se ha convertido en un motivo recurrente.
Las cruces, que esperan escondidas la llegada de los visitantes, forman parte de un concurso en el que los creadores de estas compiten por conseguir el mejor monumento a la cruz.



Personas de todas las edades realizan la búsqueda de estas, organizándose como prefieren el itinerario con las paradas más significativas.


Pero en muchas ocasiones, la parada más solicitada no la representan las cruces, que consiguen albergar a grupos de devotos que, tras santiguarse, posan para realizarse su esperada foto con el curioso motivo.
Unos metros antes de llegar a la cruz en cuestión, dos vecinos, ejerciendo el papel de anfitriones, reciben a los viajeros con una bandeja de frutos secos,  conocido como “puñao”por la típica frase que estos guardianes no se cansan de repetir uno por uno. “¡Coge un puñao antes de entrar a ver a la cruz!”, espetan con insistente alegría a todos aquellos que no se atreven a coger más que un cacahuete o un par de palomitas.




Estos portadores de aperitivos característicos de la tradición se reparten a su vez en el interior de los recintos. Es aquí donde realmente comienza la fiesta: grupos de músicos, ataviados con una túnica negra y con sus instrumentos, se organizan formando un corrillo en frente de la cruz y entonan su mayo, con una letra dedicada al pasaje representado concreto.



Son muchos los forasteros, como ellos llaman a todo aquel que no es del pueblo, y turistas que se agolpan alrededor de los corros, atraídos por la música y el baile.



                                                                                                                     














Fuera, cada grupo sigue su camino, entonando su mayo y todo el repertorio del que disponen hasta la saciedad por las calles del pueblo, hasta el siguiente alto. 



El humo de las hogueras que los vecinos encienden les sirve como guía para conocer la presencia de alguno de los monumentos.




Niños y jóvenes especialmente juegan con las cenizas, movidos por la atracción del fuego, pero bajo la atenta mirada de los adultos, que disfrutan de más aperitivos y ponches en unas casetas dispuestas alrededor de estas. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario